Estos niños, además, pueden escuchar que hay más jaleo en las calles, los villancicos; tocar los adornos, oler los puestos de castañas… Las familias deben hacer lo posible por que sus hijos invidentes participen de todas las actividades que conlleva la Navidad. Hay que acercarles a todo aquello que no pueden ver, pero sí sentir. La forma de hacerlo es llevándoles in situ a los sitios donde se lleva a todos los niños en estas fechas y contarles y describirles el entorno y, si es posible, que palpen aquello que sea referente de la Navidad.
La odisea de dos madres solteras para conciliar: «Es una locura, porque todo depende de ti»
A Cristina, madre soltera de dos pequeños de 12 y 3 años, la llegada de la tormenta Filomena le pilló en Cantabria, con la familia.