Cuando todo el mundo sabe que la educación en España es una catástrofe (dato refrendado tras cada evaluación nacional o internacional), que el aprecio social y el prestigio de los profesores se ha degradado, que sus condiciones de trabajo son muy difíciles y que la interacción entre los pedagogos memos, las inducciones sociales y los padres consentidores ha creado varias generaciones de maleducados, consentidos e idolatrados hijos Sisí (tomo la referencia de Delibes), entonces y sólo entonces, saltan las alarmas y en todos los medios se opina sobre el informe ANPE.
La otra cara del acoso escolar: los que observan también tienen un papel
"El acoso no solo ocurre entre agresor y víctima; es un fenómeno social donde los observadores desempeñan roles cruciales que pueden perpetuar o detener el comportamiento violento. Comprender estos roles es esencial para diseñar intervenciones efectivas".