En los despachos que se dedican al derecho de familia, en la mayoría de los casos, se empieza hablando de “niños” y se acaba hablando de “dinero”. Las frases “que se lo quede todo yo solo quiero a mis hijos”, “a mis hijos nunca les faltara nada”, “lo único que me importa son mis hijos”, etc… son muy habituales. Lástima que no las grabemos; nos sorprendería escuchar cual es el centro de la discusión tres meses después.
No estamos preparados para ser padres, pero si para educar en Nuevas Tecnologías
Nuestros jóvenes…, “consideran que no están preparados para ser padres, pero sí lo están para incorporarse al mercado laboral e incluso se consideran preparados para educar a sus hijos en las Nuevas Tecnologías”.