Está claro que hay distintos niveles de errores que se le pueden permitir a un hijo o una hija, pero hay que permitirles que se equivoquen, que hagan su balance y aprendan de ello. Eso es algo que no podemos hacer por ellos, y no sería bueno privarles de tal experiencia. Ahora bien, es fundamental que asuman la responsabilidad de las equivocaciones, que vean todas las consecuencias de la decisión que han tomado y que han ejecutado, si no es así, si les suavizamos el “golpe” o les amortiguamos la caída, entonces, no sirve de nada.
Adicción: el viaje del vicio a la enfermedad
La experiencia de la pandemia por coronavirus ha supuesto “un desafío extra” para las personas con adicciones. Así lo han indicado diversos psiquiatras y psicólogos durante los tres últimos años. Probablemente, el efecto de esta crisis sanitaria continúe aumentando en...