Está claro que hay distintos niveles de errores que se le pueden permitir a un hijo o una hija, pero hay que permitirles que se equivoquen, que hagan su balance y aprendan de ello. Eso es algo que no podemos hacer por ellos, y no sería bueno privarles de tal experiencia. Ahora bien, es fundamental que asuman la responsabilidad de las equivocaciones, que vean todas las consecuencias de la decisión que han tomado y que han ejecutado, si no es así, si les suavizamos el “golpe” o les amortiguamos la caída, entonces, no sirve de nada.
Hay que cambiar la forma de trabajar en España
Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que se conmemora este 8 de marzo, la presidenta Fundación Mujer Familia y Trabajo, María Sánchez-Arjona, detalla en esta entrevista el trabajo de la institución que preside y analiza la situación actual de la...