Está claro que hay distintos niveles de errores que se le pueden permitir a un hijo o una hija, pero hay que permitirles que se equivoquen, que hagan su balance y aprendan de ello. Eso es algo que no podemos hacer por ellos, y no sería bueno privarles de tal experiencia. Ahora bien, es fundamental que asuman la responsabilidad de las equivocaciones, que vean todas las consecuencias de la decisión que han tomado y que han ejecutado, si no es así, si les suavizamos el “golpe” o les amortiguamos la caída, entonces, no sirve de nada.
Viaje a la ciudad construida sobre el milagro de la obsesión de EEUU con perder peso
Desde hace 50 años, el gigante farmacéutico Novo Nordisk fabrica en la planta de Kalundborg la mitad de insulina que se produce en el mundo, lo que ha dado una cierta prosperidad a la ciudad. Pero hace dos años, la farmacéutica danesa anunció la inversión de 60...