Está claro que hay distintos niveles de errores que se le pueden permitir a un hijo o una hija, pero hay que permitirles que se equivoquen, que hagan su balance y aprendan de ello. Eso es algo que no podemos hacer por ellos, y no sería bueno privarles de tal experiencia. Ahora bien, es fundamental que asuman la responsabilidad de las equivocaciones, que vean todas las consecuencias de la decisión que han tomado y que han ejecutado, si no es así, si les suavizamos el “golpe” o les amortiguamos la caída, entonces, no sirve de nada.
El mordisco de la industria de las mascotas a la demografía
De hecho, uno de cada dos hogares españoles vive con un animal de compañía y el 80% de ellos los considera un miembro más de la familia, según el último Barómetro de los nuevos hábitos y perfiles de pet parents en España. Los jóvenes de entre 25 y 34 lideran el gasto...