“Hay niños que son más comilones, otros más inapetentes… y determinados alimentos pueden no gustarles, pero cuando un niño se porta mal en todas las comidas, o recurre al chantaje y a los lloros, lo más habitual es que esté llamando la atención de los padres”. La psicóloga Silvia Álava, coautora de ‘Cuentos para comer sin cuentos’, explica así el calvario al que muchos padres se enfrentan cuando llega la hora de la comida.
La otra cara del acoso escolar: los que observan también tienen un papel
"El acoso no solo ocurre entre agresor y víctima; es un fenómeno social donde los observadores desempeñan roles cruciales que pueden perpetuar o detener el comportamiento violento. Comprender estos roles es esencial para diseñar intervenciones efectivas".