Mientras que cuando trabajas para otros es más fácil salir por la puerta y olvidarte de la empresa, cuando una persona emprende, aparte del riesgo profesional y económico, hay ocasiones en que se trabaja 24 horas al día, se diluye la diferencia entre casa y trabajo, o se tienen reuniones durante el fin de semana. Todo esto afecta en una doble dirección: puede perjudicar la vida personal, familiar y social, y al mismo tiempo, puede suponer un problema para el rendimiento profesional.
Políticas de familia: olvido permanente
He leído hace unos días un breve documento del Foro Español de la Familia, titulado “Perspectiva de familia”. Me gustó el documento que viene a plantear: “hay muchas medidas de política familiar que pueden tomarse sin coste y que supondrían un gran...