Mientras que cuando trabajas para otros es más fácil salir por la puerta y olvidarte de la empresa, cuando una persona emprende, aparte del riesgo profesional y económico, hay ocasiones en que se trabaja 24 horas al día, se diluye la diferencia entre casa y trabajo, o se tienen reuniones durante el fin de semana. Todo esto afecta en una doble dirección: puede perjudicar la vida personal, familiar y social, y al mismo tiempo, puede suponer un problema para el rendimiento profesional.
Tener dos hijos castiga el empleo de las madres, pero premia el de los padres
La tasa de empleo de las personas entre 25 a 49 años con hijos de hasta 12 años varía hasta 20 puntos porcentuales entre hombres y mujeres. En el caso masculino se sitúa en el 89,4, mientras que en el de ellas está en el 68,2%.