Podría publicar el mismo artículo que escribí hace dos años. Sólo tendría que cambiar alguna cifra. Por ejemplo, que en 2012 Unicef alertó de que dos millones de niños en España vivían bajo el umbral de la pobreza y ahora, en el nuevo informe que ha visto la luz esta semana, el número ha ascendido a dos millones trescientos mil niños. Las cifras hay que meditarlas, porque tienen alma, en este caso, doscientas mil almas más, con nombres y apellidos, niños que padecen la pobreza del primer mundo, que puede traducirse en que no están bien alimentados, pasan frío en invierno, no pueden incorporarse a ciertas actividades escolares por no tener dinero para afrontarlas y se ven expulsados, poco a poco, de la infancia que disfrutan sus compañeros.
El enésimo problema de Rusia: no hay bebés para tanta guerra
En los últimos seis meses, las autoridades rusas han iniciado una cruzada contra el derecho al aborto, que pretenden tipificar como delito, así como poner en práctica otras medidas como persuadir a la mujer de que no interrumpa el embarazo, y presionar a las clínicas...