Han cambiado los comportamientos, la estructura de la pirámide poblacional y también las familias, mucho más numerosas que 20 años atrás pero con menos integrantes. La media es de 2,6 personas por hogar. La natalidad se ha moderado, la mortalidad sigue cayendo y ello deriva en un importante envejecimiento de la población, que es la principal característica de esta sociedad en crisis.