Hasta que no le des cincuenta besos a tu madre no sales de aquí. El chaval de 17 años que recibe la orden de Manuel Madrid, el director del centro de internamiento de menores Tierras de Oria, en Almería, es en realidad un mocoso con cara de crío, mejillas imberbes, mirada huidiza. Pedro también es un armario de casi cien kilos de peso, 1,90 de estatura y un par de brazos más duros que el acero que sigue moldeando entre rejas a razón de 200 flexiones diarias. Es su tercer ingreso.
Francia prepara un sistema para impedir el acceso de menores a webs de contenido pornográfico
La idea es utilizar un certificado de mayoría de edad que venga instalado en una aplicación del móvil. Y funcionará como los mensajes de verificación que envían los bancos para las compras online, aunque, según el Gobierno, salvaguardando el anonimato y la ley de...