Nuestros hijos piensan radicalmente distinto que nosotros, sus padres. ¡Menos mal! Porque si tuvieran nuestra visión, configurada por conceptos como el paro, la seguridad, un proceso vital que ha ido de malo a bueno, con garantías sociales como la educación y la sanidad, que nos ha permitido una cierta comodidad denominada Estado de bienestar, y percibieran que todo esto está desapareciendo, su angustia vital sería peligrosa.
Las familias no se fían de la economía y ahorran un 42% más que antes de la pandemia
Desde el año 2019, la renta trimestral de los hogares ha aumentado en 33.000 millones de euros, un incremento del 17%. De esta cuantía, nada menos que un tercio se ha ido directamente al ahorro. Las familias guardaron en el segundo trimestre del año 26.700 millones de...