Las desgracias de los niños alcanzan más a los desamparados pero también a los ricos. Cuando no hay solución, cuando la ayuda no llega o es insuficiente, el infortunio de los primeros termina en ostentosos cofres blancos y la de los segundos en sencillas cajas de pino o directamente en la tierra. Si alguien les manda flores -que deberían ser blancas como su pureza-, los más favorecidos suelen recibirlas, pero casi nunca sucede con los desafortunados, porque sus entierros son breves o no llegan ni a producirse.
Cuidar el sueño, esencial para preservar la salud mental de niños y adolescentes
Proteger el descanso de los menores es fundamental porque dormir mal puede tener consecuencias para su bienestar, como presentar dificultad para tomar decisiones, déficits en el estado de ánimo y riesgo de padecer enfermedades como obesidad.