Cuando María tuvo a su primer hijo, en el hospital se lo entregaron con una sonrisa y con un “enhorabuena por este precioso bebé”. Le dieron el alta, y se fue a casa con él a aprender la dura tarea de ser mamá. Con el segundo no hubo enhorabuenas, ni sonrisas, ni ningún comentario. A las pocas horas pasaron por su habitación un ejército de médicos, especialistas, trabajadores sociales… y antes de darle el alta llevaba el decálogo de cómo criar, educar y tratar a su nuevo hijo debajo del brazo.
Una ley de custodia compartida… Ya
Siempre me he preguntado por qué la lucha del padre en los casos de divorcio ha estado tan huérfana de apoyo social y político. Semana tras semana, frente a la fachada principal de Les Corts Valencianes, un grupo de varones con camisetas amarillas con letras verdes...