Cuando María tuvo a su primer hijo, en el hospital se lo entregaron con una sonrisa y con un “enhorabuena por este precioso bebé”. Le dieron el alta, y se fue a casa con él a aprender la dura tarea de ser mamá. Con el segundo no hubo enhorabuenas, ni sonrisas, ni ningún comentario. A las pocas horas pasaron por su habitación un ejército de médicos, especialistas, trabajadores sociales… y antes de darle el alta llevaba el decálogo de cómo criar, educar y tratar a su nuevo hijo debajo del brazo.
La salud mental de los españoles se mide en contenedores de ansiolíticos
Estos fármacos actúan sobre el sistema nervioso central y están destinados a disminuir los síntomas que producen afecciones psicológicas como la ansiedad y la depresión. ¿El problema? Pueden llegar a ser altamente adictivos.