Las personas solteras o divorciadas con hijos jóvenes prosiguen su ascenso imparable en Euskadi frente a la familia tradicional. Es la conclusión que se desprende de la última encuesta de población y viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuyos resultados definitivos se conocieron el pasado mes de diciembre y confirman, entre otros cambios, uno llamativo: el aumento de los padres y las madres sin una relación estable que tienen a su cargo menores de 25 años. Esos hogares monoparentales -cuya presencia no deja de crecer entre los perceptores de ayudas sociales- casi se triplicaron en el País Vasco entre 2001 y 2011, pasando de 14.093 a 39.677, respectivamente.
Parejas sin hijos o personas solas forman el 45% de los hogares gallegos
El estudio, con datos al término de 2019, muestra otras realidades que apuntan directamente a una pirámide población con una base muy mermada y con el relevo generacional en vilo.