Familias que apenas comparten una vida en común, en las que brilla el respeto por su ausencia. Es el caldo de cultivo de lo que puede desembocar en agresiones de hijos a padres, una realidad latente que conoce el psicólogo Alberto Ruíz de Alegría, director de la Fundación Norbera, que cada año atiende 200 casos en Gipuzkoa. “Los padres tienen que saber frustrarles, ponerles límites desde la infancia y cuidar las relaciones afectivas”, recomienda.
Adolfo García-Sastre: «Es difícil que la viruela del mono ocasione una pandemia»
El prestigioso virólogo español, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes de la Escuela Monte Sinai de Medicina de Nueva York, habla sobre el brote que afecta ya a más de una decena de países en todo el mundo donde la enfermedad no era...