Parece que es un tipo de “lavado de cerebro” que realiza un progenitor con el objetivo de que el hijo desarrolle sentimientos de rechazo y odio hacia el otro. En la mayoría de ocasiones se trata de madres con trastornos emocionales que desarrollan una obsesión y paranoia hacia el que fue su marido, a veces estas madres llegan a idear e incluso casi creerse situaciones extremas como que el padre pudiera llegar a abusar de los hijos.
¿Qué les queda a los jóvenes?
Las últimas estadísticas sobre el desempleo han ocupado, lamentablemente, el centro mediático tanto a nivel nacional como internacional, adquiriendo un triste protagonismo el caso de los jóvenes (según datos de la EPA, el 91% del empleo destruido en los últimos 4 años...