Parece que es un tipo de “lavado de cerebro” que realiza un progenitor con el objetivo de que el hijo desarrolle sentimientos de rechazo y odio hacia el otro. En la mayoría de ocasiones se trata de madres con trastornos emocionales que desarrollan una obsesión y paranoia hacia el que fue su marido, a veces estas madres llegan a idear e incluso casi creerse situaciones extremas como que el padre pudiera llegar a abusar de los hijos.
Los políticos temen pedir a los votantes que tengan más hijos
No son pocas las voces que alertan sobre la “peligrosa” evolución de la demografía en nuestro país. Existe un dramático déficit de nacimientos, mientras la población está cada vez más envejecida. Y las perspectivas no son nada halagüeñas.