El padre de Sonia abrió la puerta de la habitación del hospital y anunció, radiante, a su esposa: “¡Hemos tenido una niña! Y es rubita”. Estaban haciendo pruebas al bebé y ella aún tendría que esperar “horas” para tenerla en brazos. No se conocía todavía la importancia de estimular la lactancia de forma temprana ni de que el recién nacido sienta el abrigo de estar piel con piel.
¿Por qué la demografía no nos preocupa?
Hace veinte años el matrimonio Erlich se preguntó por qué la opinión pública no estaba tan asustada como ellos por los efectos de la explosión demográfica. Sobraba gente en el planeta y quien tuviera más de dos hijos debería ser visto como un irresponsable. La...