Se conocieron en una oficina. Trabajaban para el mismo cliente y pasaron meses escribiendo proyectos y presentaciones, acudiendo a reuniones, preparando presupuestos… Luego, llegó el amor. Después, la boda. Más tarde, las gemelas. Y, de pronto, la vida doméstica de Caitlin y Andrew Friedman era un caos. Conciliar su intensa vida profesional con las obligaciones domésticas se había convertido en una odisea diaria. Entonces, tuvieron un momento de lucidez.
Tenemos jóvenes machistas para rato
Solo hay que echar un vistazo en el quiosco para pronosticar que las desigualdades de género pervivirán en la próxima generación. “Mira qué revistas leen los adolescentes de entre 15 y 18 años”, invita Javier Elzo, sociólogo y catedrático emérito de la...