Se conocieron en una oficina. Trabajaban para el mismo cliente y pasaron meses escribiendo proyectos y presentaciones, acudiendo a reuniones, preparando presupuestos… Luego, llegó el amor. Después, la boda. Más tarde, las gemelas. Y, de pronto, la vida doméstica de Caitlin y Andrew Friedman era un caos. Conciliar su intensa vida profesional con las obligaciones domésticas se había convertido en una odisea diaria. Entonces, tuvieron un momento de lucidez.
Cómo cuidar a un familiar sin renunciar a la propia vida
La mayor parte de las personas que cuidan a familiares enfermos de manera continuada sufren un importante desgaste emocional. Manifiestan que se sienten nerviosas, muy tensas, en alerta y preocupadas durante la mayor parte del día. Perciben que no tienen vida propia,...