Virginia Colin es una británica de 63 años que ha decidido que la herencia no debe ser una cosa post mortem y, en consecuencia, le va a dar a su hija 20.000 dólares (cerca de 15.000 euros). “Planeo darle a mi hija pronto 20.000 dólares; podría esperar a morir, pero creo que ahora es mejor momento”, ha afirmado esta mujer, cuya visión de las posesiones materiales cambió radicalmente a raíz de la enfermedad que padeció su madre.
El consuelo de la Quiet Ambition
"A partir de 2008, la relación entre sacrificio y expectativas se truncó. El sacrificio se hacía mayor en los sectores azotados por la recesión, y la recompensa, más improbable. Las empresas exigían más por mucho menos. Ser becario dejó de ser una gatera de entrada a...