No hay nada como vivir en familia. Pero hay quien no la tiene. O como si no la tuviera en un momento dado, porque no se puede hacer cargo de él. Es entonces cuando aparecen las familias de préstamo, familias que lo son de corazón, aunque no biológicas, pero que dan el cariño y la estabilidad que se busca en el hogar.
«Para contar un cuento sin ganas, mejor no hacerlo. La maternidad no va de completar un ‘checkist'»
La autora apuesta por que los padres «dejen de preocuparse por lo que hacen y empiecen a preocuparse por lo que sienten, por conectar con sus hijos. Para contar un cuento sin ganas, con prisas, solo porque hay que hacerlo para ser una buena madre o por cumplir unas...