La mayor parte de las personas que cuidan a familiares enfermos de manera continuada sufren un importante desgaste emocional. Manifiestan que se sienten nerviosas, muy tensas, en alerta y preocupadas durante la mayor parte del día. Perciben que no tienen vida propia, que poco a poco van abandonando hábitos saludables, no duermen bien, no tienen ocio, no se cuidan físicamente. Salen con menos frecuencia con las amistades, no se sienten valorados ni comprendidos ni apoyados por el resto de la familia y van desarrollando un sentimiento de soledad y de tristeza intensos.
Lo más difícil del amor fue pasar del ‘yo’ al ‘nosotros’
"En el Estados Unidos laico, la última vaca sagrada es el yo. Lo que es bueno para el yo es bueno por sí mismo. Lo que amenaza al yo —ya sea el matrimonio, la maternidad, la amistad o la familia— tiene que analizarse...Amar a alguien en las buenas y en las malas,...