La mayor parte de las personas que cuidan a familiares enfermos de manera continuada sufren un importante desgaste emocional. Manifiestan que se sienten nerviosas, muy tensas, en alerta y preocupadas durante la mayor parte del día. Perciben que no tienen vida propia, que poco a poco van abandonando hábitos saludables, no duermen bien, no tienen ocio, no se cuidan físicamente. Salen con menos frecuencia con las amistades, no se sienten valorados ni comprendidos ni apoyados por el resto de la familia y van desarrollando un sentimiento de soledad y de tristeza intensos.
«La conciliación es una mentira porque no se puede cuidar a un hijo teniendo trabajo»
En Alemania, los padres reciben una ayuda de 219 euros al mes hasta que los niños cumplen los 18 años y en Croacia, las familias tienen 8 meses de permisos parentales parcialmente remunerados. En Dinamarca, muchos bebés van a escuelas infantiles financiadas con...