Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en el que a los niños no se les hacía demasiado caso. Sin ir muy lejos, la abuela de quien escribe, cuando un nieto o nieta se ponían pesaditos, recomendaba actuar ante ellos: “Como si fueran muebles”. Una mesa, una silla o un armario. Ignorarlos hasta que se les pasara la rabieta o dejaran de dar a lata. El “ya encontrarás algo para hacer” era asimismo otra respuesta habitual al clásico “me aburro”. Se consideraba que el distraerse era tarea de los niños, no de los padres, y que uno era capaz de hacerlo solo.
Detenciones sanitarias y niños separados de sus padres: la dura estrategia de China para contener el covid en Shanghai
La población china ya se ha empezado a cansar de las medidas y en las últimas semanas se han visto peleas de ciudadanos con sanitarios y protestas en las calles. Mientras que Europa optó por convivir con el virus, China sigue empeñada en aplicar las políticas de covid...