Cuando una piensa en aquellas épocas de la historia en las que el matrimonio era para siempre, pasara lo que pasara, cuesta creerlo. Si el amor moría, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y a tragar. Si el marido era violento, dictador y tirano, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y ni siquiera se investigaba la situación. Si la mujer era una acosadora psicológica, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre. Con lo cual se llegaba a verdaderas tragedias familiares y mucho sufrimiento.
Detenciones sanitarias y niños separados de sus padres: la dura estrategia de China para contener el covid en Shanghai
La población china ya se ha empezado a cansar de las medidas y en las últimas semanas se han visto peleas de ciudadanos con sanitarios y protestas en las calles. Mientras que Europa optó por convivir con el virus, China sigue empeñada en aplicar las políticas de covid...