Cuando una piensa en aquellas épocas de la historia en las que el matrimonio era para siempre, pasara lo que pasara, cuesta creerlo. Si el amor moría, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y a tragar. Si el marido era violento, dictador y tirano, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y ni siquiera se investigaba la situación. Si la mujer era una acosadora psicológica, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre. Con lo cual se llegaba a verdaderas tragedias familiares y mucho sufrimiento.
Carrera contra el reloj: por qué es clave actualizar las nuevas vacunas frente a las últimas variantes de ómicron
La incidencia de covid está disparada, como consecuencia de las nuevas versiones de ómicron BA.4 y BA.5, que dominan ya el panorama de contagios en España y en el mundo.