Cuando una piensa en aquellas épocas de la historia en las que el matrimonio era para siempre, pasara lo que pasara, cuesta creerlo. Si el amor moría, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y a tragar. Si el marido era violento, dictador y tirano, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre, y ni siquiera se investigaba la situación. Si la mujer era una acosadora psicológica, no importaba: el dedo acusador señalaba para siempre. Con lo cual se llegaba a verdaderas tragedias familiares y mucho sufrimiento.
De las guerras belgas a los ‘coles’ de pobres en EEUU: la concertada en otros países
La educación concertada surgió en España en los años ochenta como una necesidad: la red de colegios públicos no era capaz de absorber a todo el alumnado, por lo que el sistema empezó a acordar con instituciones privadas un modelo mixto de enseñanza (los conciertos)...