Que unos padres acaben imputados por un delito de abandono de familia por las faltas reiteradas de sus hijos a clase no es habitual, pero ocurre y tiene castigo. La ley recoge penas de prisión de entre tres y seis meses de cárcel y el pago de multas considerables para los progenitores de los menores que hacen pellas de forma habitual. El motivo: el incumplimiento de una de las obligaciones familiares, la garantía de la educación.
Tres estados mentales que llevaron a la digitalización: «No fuimos prudentes en exigir evidencias antes de implantarlas»
Siguiendo el paso de Suecia, la Comunidad de Madrid ha iniciado esta semana el camino hacia la eliminación de las tabletas en las aulas. En Canadá, el Instituto Nacional de Salud Pública de Québec ha realizado una revisión de la literatura sobre la cuestión y...