La figura del joven solitario, aislado, con frecuencia se vincula a persona marginada, rara, asocial e, incluso, candidata a desequilibrios psicológicos. Es habitual escuchar la coletilla “era un joven solitario” para describir a los autores de matanzas y de otros actos atroces. Y ello hace que muchas personas consideren que es un problema ser solitario durante la adolescencia.
Ser madre de familia numerosa, cuestión de preferencias
La proliferación de familias numerosas no solo puede sanear las arcas públicas, hacer sostenibles los sistemas de pensiones o asegurar el reclutamiento laboral, sino que transformará el ethos social.