La figura del joven solitario, aislado, con frecuencia se vincula a persona marginada, rara, asocial e, incluso, candidata a desequilibrios psicológicos. Es habitual escuchar la coletilla “era un joven solitario” para describir a los autores de matanzas y de otros actos atroces. Y ello hace que muchas personas consideren que es un problema ser solitario durante la adolescencia.
A vueltas con la conciliación familiar
Un pequeño huracán está barriendo la estampa social española con suficiente fuerza como para que los ciudadanos estén alerta con estos aires que nos cercan cada vez más, ahogándonos en la impotencia. Hay situaciones institucionales, políticas, económicas, sociales y...