La figura del joven solitario, aislado, con frecuencia se vincula a persona marginada, rara, asocial e, incluso, candidata a desequilibrios psicológicos. Es habitual escuchar la coletilla “era un joven solitario” para describir a los autores de matanzas y de otros actos atroces. Y ello hace que muchas personas consideren que es un problema ser solitario durante la adolescencia.
La educación en peligro: el sujeto desposeído
Que niños y niñas se preparan para la vida adulta mediante la imitación es un dato que la psicología contemporánea verificó con el pasar de los siglos, por ejemplo, con el condicionamiento de Thorndike o el aprendizaje social de Bandura. Pero, deberíamos preguntarnos,...