Algunos niños han dejado de ser niños. Sus temores -a la oscuridad, al agua, las barbas largas o las caras de payaso, por poner unos ejemplos- ahora se psicologizan o psiquiatrizan. Su autoestima apenas se alimenta y las pocas veces que se entretienen es con juegos en ocasiones agresivos ante la pantalla de un ordenador. De ellos se espera que sean los mejores en clase, y estrellas en las actividades deportivas. Así lo cree María Eugenia Vigil, psicóloga clínica del centro de Salud Mental Infanto-Juvenil de Avilés, quien ayer ofreció una conferencia bajo el título Desarrollo psicosocial en la segunda y tercera infancia enmarcada en el proyecto Escuela de Familias.
Cómo el movimiento pionero de familias vascas logró retrasar la edad del primer teléfono para sus hijos adolescentes
En Euskadi, alrededor de la pandemia, surgieron docenas de grupos de familias preocupadas por los móviles. En el resto de España, la coordinación llegó algo más tarde. Hace menos de un año, un grupo de WhatsApp en el barrio de Poblenou de Barcelona se organizó para...