En 2010 asumí un compromiso anual con todos ustedes que el año pasado, por circunstancias que no vienen al caso, me fue imposible cumplir. Mis disculpas. Sepan que les voy a hablar de temas personales que poco tienen que ver con el contenido habitual de Valor Añadido. De ahí que, quien continúe leyendo a partir de este punto, lo hace a su riesgo y ventura. Quedan avisados: para pasar de este primer párrafo hay que quitarse el gorro económico y renunciar expresamente al derecho al pataleo. Luego, no se me quejen.
La contaminación del tráfico afecta a la función cerebral de las personas
Los hallazgos, publicados en la revista científica Environmental Health, han mostrado que solo dos horas de exposición a los gases de escape del diésel provocan una disminución de la conectividad funcional del cerebro, es decir, afecta a cómo las diferentes áreas del...