La educación de los hijos provoca muchas inseguridades y no pocas angustias a muchos padres. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Debería haberle castigado? ¿Me habré pasado de duro? ¿Seré demasiado blando? ¿Cómo logro que me obedezca? Psicólogos y pedagogos explican que quizá restaría presión a los progenitores modificar sus expectativas: en lugar de aspirar a hacerlo todo bien, plantearse no hacerlo mal y, sobre todo, evitar los errores más dañinos a la hora de educar.
«Todo empezó en la cuarentena»: la anorexia que ha impulsado la pandemia
El Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid no da abasto para atender la demanda de hospitalización de adolescentes con TCA. Aina y Victoria, que acuden a tratamiento ambulatorio en Son Espases (Palma de Mallorca), cuentan su experiencia y cómo es el camino de su...