La educación de los hijos provoca muchas inseguridades y no pocas angustias a muchos padres. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Debería haberle castigado? ¿Me habré pasado de duro? ¿Seré demasiado blando? ¿Cómo logro que me obedezca? Psicólogos y pedagogos explican que quizá restaría presión a los progenitores modificar sus expectativas: en lugar de aspirar a hacerlo todo bien, plantearse no hacerlo mal y, sobre todo, evitar los errores más dañinos a la hora de educar.
La cicatriz asumida en España: jóvenes precarios hasta los 40 años
Uno de cada dos jóvenes de entre 16 a 29 años que está hoy ocupado en nuestro país sólo ha tenido acceso a contratos temporales. El pasado mes de diciembre, la tasa de paro juvenil en España superó el 40%. Desde entonces ha bajado gradualmente hasta cerca del 38% y...