La educación de los hijos provoca muchas inseguridades y no pocas angustias a muchos padres. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Debería haberle castigado? ¿Me habré pasado de duro? ¿Seré demasiado blando? ¿Cómo logro que me obedezca? Psicólogos y pedagogos explican que quizá restaría presión a los progenitores modificar sus expectativas: en lugar de aspirar a hacerlo todo bien, plantearse no hacerlo mal y, sobre todo, evitar los errores más dañinos a la hora de educar.
Jada Pinkett Smith no tendría que ‘aceptar una broma’. Tampoco tú
"No importa lo dura que tengas la piel o lo protegido que estés por la riqueza, la fama y el poder: que se rían de ti no tiene gracia. A veces, es intolerable".