Es normal que los hermanos se peleen entre sí. Además de pasar mucho tiempo juntos, lo hacen desde el momento en el que nace el segundo hijo, por lo que juntos tienen que aprender a compartir, no solo sus juguetes, sino la atención de sus padres. Los padres deben entender que los hermanos se peleen (muchas veces las peleas empiezan como un juego) pero deben de poner un límite, y establecer en qué punto se ha de cortar.
¿No escuchan los adolescentes, o no nos sabemos comunicar?
Más allá de que la adolescencia tenga una imagen pública de fase “complicada”, en la que hijos, nietos o sobrinos se transforman de dulces niños a jóvenes huraños, lo cierto es que la falta de comunicación efectiva entre los jóvenes y los adultos es un problema...