Marián González Luelmo tiene dos hijos biológicos que rozan la treintena, pero su familia es mucho más grande. Desde hace más de una década ejerce como voluntaria del programa de acogimiento familiar de Cruz Roja, una alternativa de la que se pueden beneficiar temporalmente niños en situación de desprotección. De ahí que por su casa hayan pasado ya varios menores, cada uno con una historia debajo del brazo. Traer a los pequeños a casa me reporta felicidad y sé que les puedo aportar mucho, asegura esta mujer, que advierte de que el peor trago que pasan las familias de acogida llega con la despedida.
Vivir en Madrid será demasiado caro para tu sueldo: ¿vamos hacia el modelo de Londres?
La muerte de la vivienda barata es un proceso global, pero en Madrid se vive aceleradamente.El pasado año, los caseros de Madrid elevaron sus precios en promedio un 12,5%, con picos del 25,1% en Usera, un barrio que cumple con la máxima gentrificadora de bien situado,...