La memoria económica es de las más livianas. Esa es la razón de que no seamos capaces de aprender nada, ni de los momentos buenos ni de los malos, para preservar unos y evitar los otros. Nada, o muy poco. Y así, nos dejamos llevar por la circunstancia, gozándola sin reparo ni prevención cuando es buena y dejándonos agobiar hasta la desesperanza cuando es mala.
«Son 20 euros. Y quítate la mascarilla»: Así me colé en una fiesta ilegal en Madrid
Cerca de Vicálvaro, el miércoles 10 de marzo por la noche (y durante la madrugada del jueves) se celebró una de las muchísimas fiestas clandestinas que se realizan en Madrid, ciudad española que, desde hace un par de semanas, ha dejado de ser la capital del Estado...